De editorial Alfaguara, el libro Perros complicados de Ema Wolf presenta varios cuentos que tienen a perros entre sus personajes envueltos en historias absurdas, situaciones en las que, por ejemplo, se busca un remplazo de actor de perro contento o un perro que adopta a otro perro porque lo sigue.
Las historias que cuenta el libro imaginan un mundo que abarca desde humanos aperrados hasta perros que en ocasiones hablan o quieren hablar, actúan, cantan, piensan las mismas cosas que los humanos, en algunos casos dan respuesta a preguntas que se hacen los humanos y hasta tienen signo del horóscopo chino como dragón o perro. Hay historias de distintos tipos, una de ellas es la de un cacerolazo de dueños de perros malenseñados, otra es la de una dueña que no paga la última cuota del perro, hay una historia sobre un veterinario que pierde a su perro que era muy particular porque tenía cabeza de coker, patas de salchicha, pescuezo de galgo, el hocico del pequinés, pelo de caniche, cola de pastor alemán, orejas de terrier y color caramelo quemado de basset. En el libro encontramos también una historia de guardería de perros y hasta un test sobre inteligencia perruna.
La autora recurre al humor como “eje” central de las historias contando hechos absurdos como el de un perro que quiere participar de un coro de la escuela en el que ya participan dos gatos, y muy graciosos como el de una escuela que adiestró a un perro para malabarista en lugar de pastor y a un perro despertador en lugar de tirador de trineo.
El libro trata las cosas que les pasan a los perros, que en muchos casos son las mismas que les pasan a los humanos. A veces compra situaciones de perros con situaciones humanas o ‘deshumanas’ como la carta de una directora de guardería de perros contando la mala conducta del perro, acompañada por una ilustración de Pez de una publicidad graciosa pero ‘fuerte’ de la institución de perros.
Toma a los perros como las mascotas tiernas que son y a veces los pone en situaciones en las que podrían sentir como humanos o hacer cosas que hicieran los humanos y en ese sentido permite reflexionar sobre el trato que le damos.
Las historias que cuenta el libro imaginan un mundo que abarca desde humanos aperrados hasta perros que en ocasiones hablan o quieren hablar, actúan, cantan, piensan las mismas cosas que los humanos, en algunos casos dan respuesta a preguntas que se hacen los humanos y hasta tienen signo del horóscopo chino como dragón o perro. Hay historias de distintos tipos, una de ellas es la de un cacerolazo de dueños de perros malenseñados, otra es la de una dueña que no paga la última cuota del perro, hay una historia sobre un veterinario que pierde a su perro que era muy particular porque tenía cabeza de coker, patas de salchicha, pescuezo de galgo, el hocico del pequinés, pelo de caniche, cola de pastor alemán, orejas de terrier y color caramelo quemado de basset. En el libro encontramos también una historia de guardería de perros y hasta un test sobre inteligencia perruna.
La autora recurre al humor como “eje” central de las historias contando hechos absurdos como el de un perro que quiere participar de un coro de la escuela en el que ya participan dos gatos, y muy graciosos como el de una escuela que adiestró a un perro para malabarista en lugar de pastor y a un perro despertador en lugar de tirador de trineo.
El libro trata las cosas que les pasan a los perros, que en muchos casos son las mismas que les pasan a los humanos. A veces compra situaciones de perros con situaciones humanas o ‘deshumanas’ como la carta de una directora de guardería de perros contando la mala conducta del perro, acompañada por una ilustración de Pez de una publicidad graciosa pero ‘fuerte’ de la institución de perros.
Toma a los perros como las mascotas tiernas que son y a veces los pone en situaciones en las que podrían sentir como humanos o hacer cosas que hicieran los humanos y en ese sentido permite reflexionar sobre el trato que le damos.
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